«DEBES REGAR LAS RELACIONES CONSTANTEMENTE. QUIEN SIEMBRA, RECOGE»
En muchas ocasiones los empresarios se preguntan porque la media de vida de los empleados es tan breve, y creo que estoy en lo cierto cuando digo que uno de los principales motivos es por el ambiente en la oficina y entre los compañeros. Un estudio reciente realizado por LinkedIn, reveló que tener buenas relaciones laborales es sinónimo de felicidad para el 46% de los trabajadores, y esta felicidad implica, generalmente, una mayor productividad, motivación y ganas de permanecer en la misma empresa durante más tiempo.

La cuestión que nos planteamos entonces es, ¿Cómo logramos crear ese buen ambiente de trabajo y mantenerlo en el día a día? La clave está siempre en una buena comunicación y el respeto entre compañeros. Como decía Robin Sharma en su libro El Líder que no tenía Cargo, “Las relaciones extraordinarias te darán una empresa extraordinaria”.
El equipo directivo es el principal responsable de generar este buen ambiente en su empresa. “El ejemplo no es lo principal para influenciar a otros. Es la única cosa.” (Albert Schweitzer). Las personas implicadas deben ser conscientes de que tener un equipo motivado, profesional y con ganas de comerse el mundo, es clave para el éxito empresarial. Recuerdo una frase, que se me quedó grabada de entre muchas de las lecturas que disfruto, y que creo representa esta situación a la perfección.
“Un negocio no es más que una especie de conversación. Si se olvida avivar esa conversación y las relaciones humanas entre los implicados, la conversación acabará pronto y el negocio fracasará.”
Desde mi experiencia, recomiendo siempre dialogar las cosas; ofrecer una conversación abierta, transparente y sincera, genera un vínculo de confianza que potencia la implicación, creatividad y motivación a aportar nuevas ideas. Dentro de este diálogo, hay que ser agradecido, destacar el trabajo de los compañeros, y no tener miedo a opinar y aportar soluciones.

“Si he visto más lejos que los otros hombres es porque me he aupado a hombros de gigantes.” (Isaac Newton).
Más allá de hablar y como comento en mi artículo sobre la Escucha Efectiva, escuchar es una cualidad que aporta un gran valor en el mundo empresarial y que por desgracia está bastante descuidada hoy en día. Realizar una escucha efectiva ayuda a conocer mejor a tus compañeros, y nutre a la empresa de diversidad ideológica. Como dice el refrán popular, Habla poco, escucha asaz, y no errarás.
Compartir experiencias personales, así como conocer las experiencias de tus compañeros, y percibir como se sienten en su día a día (si alguien tiene un mal día, o es una persona tímida, sensible…) favorece el enfoque que se le da al mensaje, el lenguaje apropiado, y las formas correctas de comunicación. Se transmite de nuevo confianza entre las partes y por tanto un mensaje efectivo para el buen hacer de la empresa.
Otro consejo que considero clave para generar ese buen ambiente es el hecho de ayudar y colaborar entre los compañeros. Recuerdo un caso, entre muchos, en el que nuestra responsable de la oficina tuvo que ausentarse una mañana avisando con muy poca antelación. Me escribió un mensaje y yo ocupe su puesto en la recepción del espacio durante esa mañana, compaginando mi trabajo con el suyo y ofreciendo mi apoyo sin ningún problema. En otra ocasión yo tuve que ausentarme, y sin cuestionarlo, ella fue quien se ofreció a ayudarme.
Como dice la ley de la reciprocidad, «Si de verdad ayudas a los demás, los demás harán cualquier cosa por ayudarte a ti.«
Resumiendo, existen muchas formas de generar un buen ambiente laboral, pero es importante recordar que todas ellas se basan en una correcta comunicación entre los compañeros. No es suficiente con crear unas bases y dejar que funcionen solas, todo el equipo es responsable de nutrirlas de forma continua.
En este mundo tan competitivo, es importante tener relaciones fuertes y positivas. Si te diviertes realizando tu trabajo, tu productividad mejorará, tu felicidad aumentará, y en general los beneficios empresariales crecerán.






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